Todo sobre el refrigerador de Einstein

Einstein desarrolló un refrigerador ecológico junto a Leó Szilard en 1926. Por aquel entonces, los refrigeradores utilizaban gases tóxicos como refrigerantes. El uso de estos gases como cloruro de metilo, amoníaco y dióxido de azufre, causaron más de una muerte en muchos hogares. Por este motivo Einstein junto con Szilard, decidieron crear un refrigerador por absorción, del que hablaremos a continuación.

Cómo funciona el refrigerador de Einstein

Basándose en el conocimiento de que el agua hierve a una temperatura inferior a los 100 grados centígrados, Einstein y Szilard utilizan amoníaco, butano y agua para hacer funcionar su refrigerador. La ventaja de este invento es que no necesita electricidad para funcionar, además de ser un sistema seguro que elimina las pérdidas de gas.

Es por este motivo que Prof. Malcolm McCulloch se ha interesado en desarrollar los principios de este invento con el objetivo de invertir en su desarrollo. Llevar hasta los hogares este tipo de refrigerador no sólo hará que ahorremos en el consumo de electricidad, sino también, estaremos apostando por electrodomésticos limpios y respetuosos con el medio ambiente.

Pero veamos cómo funciona el refrigerador, el proceso es el siguiente: Se introduce el amoníaco en el evaporador, para a continuación añadir el refrigerante, que es el butano. El butano se evapora, y esta mezcla de gases pasa al condensador donde entra en contacto con el agua. El agua absorbe el amoníaco, y el butano asume la presión dentro del condensador, con lo que se produce la licuefacción. Es decir, el butano pasa al estado líquido, y en dicho estado pasa de nuevo por el evaporador para repetir todo el proceso. Mientras, el amoníaco va a parar a otra parte donde se separa del agua por la acción del calor, y de ahí vuelve al evaporador.

Todo el proceso anterior tiene lugar por la acción de una bomba electromagnética creada por Einstein y Szilard. Esta bomba electromagnética genera un campo electromagnético, que a su vez mueve un pistón que comprime el refrigerante. Y de ahí se inicia todo el proceso explicado anteriormente durante un ciclo repetitivo.

Las bases para la invención de este principio electromagnético se la debemos a Szilard, quien en 1929 publicó un trabajo al respecto. Este trabajo tiene como objeto la explicación del funcionamiento del Motor de Zsilard, que rompe con la segunda ley de la termodinámica. Esta investigación sobre la termodinámica es lo que llevó a Zsilard y Einstein a enfocarse en un tipo de refrigerador por absorción.

Cualquier refrigerador no es un sistema cerrado, ya que se lo somete a un flujo constante de energía, que es lo que hace que funcione de manera continua. En este sentido, el refrigerador de Einstein usa una fuente de calor para dirigir el proceso de absorción y liberación de líquido refrigerante, en lugar de usar un compresor mecánico. A su vez, la fuente de calor viene de la combinación de líquido y gases a través de varios circuitos interconectados.

Como podemos ver, la idea es muy efectiva, y el hecho de que no use freón u otros gases tóxicos para su funcionamiento, convierten al refrigerador de Einstein en una apuesta de futuro. De hecho, muchas universidades de prestigio se han interesado ya en rescatar el diseño de Einstein para mejorarlo y ponerlo en funcionamiento.

Es obvio que las ventajas del refrigerador de Einstein son más que suficientes como para dedicarle tiempo e inversión. Si recordamos que no necesita electricidad y usa calor residual para su funcionamiento, entenderemos que es necesario recuperar este invento.

El cambio climático es cada vez más preocupante, y las fuentes tradicionales de energía se agotan y contaminan. Por ese motivo invertir en fuentes limpias de energía y desarrollar electrodomésticos ecológicos es un paso necesario para nuestra evolución como especie.

Por otra parte, este tipo de refrigerador puede ser usado en cualquier parte del mundo, ya sea un desierto, una montaña aislada, o cualquier lugar a donde no llegue el tendido eléctrico. Esto supondría una enorme mejora en la calidad de vida de muchas poblaciones desfavorecidas.

Prof. Malcom McCulloch